La Enfermedad de Chagas en Venezuela
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Introducción al Tema

Semblanzas de Investigadores

Carlos Chagas | Alfonso Anselmi | Félix Pifano | José Francisco Torrealba | Alberto Maekelt | Hugo Carrasco | Enrique Tejera | Juan José Puigbó |

 

Carlos Chagas
El alumno de las dos velas

 Carlos Justiniano Riveiro Chagas nació en la localidad brasilera de Oliveira, al oeste de Minas Gerais, el 9 de julio de 1879. Hijo de José Justiniano Chagas y Maria Cándida Chagas queda huérfano de padre a los cuatro años de edad, cuando su madre tenía 24 años.

 Tres años más tarde cursa estudios en el colegio jesuita del estado de Sao Paulo, y en el San Juan del Rey, donde el padre Sacramentado se encargaría de sembrar en el joven discípulo el gusto por la naturaleza. Así lo refiere la primera biografía sobre este protagonista de la ciencia, escrita por Carlos Chagas hijo después de la muerte de su padre.

 

Al terminar su formación básica, Chagas se traslada nuevamente a Oliveira, y es convencido por su tío Carlos Riveiro de Castro de abandonar la carrera de Ingeniería de Minas para dedicarse a la de Médico. Con 16 años llega a matricularse en la Facultad de Medicina de Río de Janeiro, en el período de mayor expansión de la fiebre amarilla.

 

Fue allí donde comenzó a mostrar visos de una consecuente meticulosidad, acompañada de una demostrada inteligencia y tenacidad que lo llevó a ser conocido como el “alumno de dos velas”, ya que en esa época la dedicación de los alumnos se medía por el número de velas utilizadas en las noches de estudio. Pocas en el caso de Chagas, debido a su esmerada constancia que lo llevaría a recibirse de Doctor en 1903. Para entonces el Doctor Oswaldo Cruz había sido nombrado director de la Salud Pública brasileña, tras haber erradicado la fiebre amarilla de los puertos brasileños y fundado un instituto de investigación que llevaba su nombre-En 1905 Chagas ingresa a dicho instituto como investigador, justo después de finalizar con éxito la primera campaña antipalúdica de Brasil.

 

Invasión a oscuras

 

En 1908 Oswaldo Cruz encomienda a Chagas una nueva campaña contra el paludismo, relacionada con la construcción del Ferrocarril Central Brasileño, esta vez en el pueblo de Lassance, en el estado de Minas Gerais. Allí, trabajando en un viejo vagón de ferrocarril habilitado como laboratorio, consultorio y habitación encuentra al tripanosoma, y describe el cuadro clínico de lo que se conocería poco después como Mal de Chagas.

 

Fue allí donde comenzó a mostrar visos de una consecuente meticulosidad, acompañada de una demostrada inteligencia y tenacidad que lo llevó a ser conocido como el “alumno de dos velas”

Lo primero que llamó su atención fue la presencia de gran número de triatomas en las grietas de las paredes y los techos de las casas rurales de los trabajadores. “Tan pronto como se extingue la luz, los insectos atacan a los habitantes y desaparecen al volver la luz, haciendo difícil su captura”, reseñó en sus cuadernos de trabajo.

 

Al examinar el contenido del intestino de los insectos encontró grandes cantidades de tripanosomas. Envió muestras al Instituto Oswaldo Cruz para que se hiciera la inoculación experimental, y treinta días después se encontró en la sangre de un mono grandes cantidades de un tripanosoma; diferente morfológicamente de todas las especies hasta entonces conocidas. Al cabo de varias semanas, el tripanosoma también produjo la muerte de los animales utilizados en los experimentos.

 

El 23 de abril de 1908, encontró el primer caso de triponosomiasis en una niña de dos años, de nombre Berenice, que presentaba fiebre elevada y crecimiento del hígado, del bazo y de los ganglios linfáticos. La hinchazón de la cara de la niña y de otros pacientes que después estudió, le hizo pensar que el parásito alteraba el tiroides, producía hipotiroidismo y en casos extrememos cretinismo.

 

Después de un año de trabajo ininterrumpido, en 1909 Chagas anuncia su descubrimiento en dos comunicaciones breves del Instituto Oswaldo Cruz, y ese mismo año publica un informe completo sobre la enfermedad, el parásito y los resultados de los experimentos.

 

Sus últimos años

 

En 1919 recibió el Premio Schaudinn, otorgado cada cuatro años al mejor trabajo en parasitología y medicina tropical en el mundo. Continúa su labor y así logra controlar la gripe española, antes de ocupar la dirección del Departamento Nacional de Salud Pública de Brasil. También desarrolla compañas contra la tuberculosis, sífilis y lepra, como parte de una profunda reorganización administrativa que realizó entre 1920 y 1926.

 Después de esta fecha y hasta el año de su muerte, Chagas vivió los años más tranquilos y felices de su vida, colmado de honores y de amistad con grandes científicos europeos. Finalmente creó el Centro Internacional de Leprología en Río, del que asumió la dirección.

 

Virtudes como la inteligencia, capacidad de trabajo, creatividad, y excepcional formación sirvieron de estímulo a otros insignes maestros y colegas médicos nacionales y del extranjero.

 

Carlos Chagas murió en la ciudad de Río de Janeiro a los 55 años de edad en su mesa de trabajo, a consecuencia de un infarto cardiaco. El día anterior –según cuenta su hijo- preparó hasta la 1:30 de la madrugada la conferencia que debía dar ese día sobre el tema que conocía mejor que nadie… el Mal de Chagas.  

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